Gas de protección

¿Qué gas de protección necesitas?

El tipo de gas de protección que debe utilizarse depende del metal que se suelde. Una mezcla de 75% de argón y 25% de CO2 es el gas de protección recomendado para la reparación de colisiones en aceros suaves y de alta resistencia. El argón puro se utiliza para soldar aluminio y cuando se suelda acero con hilo de bronce al silicio.

Una mezcla de 75% de argón y 25% de CO2 es el gas preferido para la soldadura de reparación de colisiones porque mejora tanto el rendimiento como la resistencia a la tracción de la soldadura y ayuda a producir un arco suave y estable con pocas salpicaduras.

Esta mezcla también produce un pequeño charco de soldadura que se establece rápidamente, por lo que es una buena opción cuando se suelda fuera de posición.

Aunque el gas protector CO2 puro puede reducir el amperaje necesario para realizar una soldadura, no se recomienda para la soldadura de reparación de colisiones. Esto se debe a que penetra demasiado en el metal de calibre fino y crea un arco inestable que aumenta las salpicaduras.

Gas para protección de soldadura

Dado que produce una soldadura más caliente y una zona afectada por el calor más amplia, no se recomienda para soldar aceros de alta resistencia.

¿Cómo elegir el gas de protección adecuado para sus soldaduras?

Para conseguir las soldaduras de alta calidad que exigen sus normas o que esperan sus clientes, necesita el gas para soldar de protección adecuado para el trabajo. Descubra los gases que satisfacen algunas de las necesidades de las pequeñas empresas y de los soldadores de bricolaje.
Tanto si su negocio es la reparación de automóviles, el mantenimiento o el batido de paneles, como si arreglas equipos agrícolas, suelda tuberías o es un soldador de bricolaje que trabaja en un coche o una moto en casa, sus soldaduras mejorarán si selecciona cuidadosamente el gas de protección adecuado para su aplicación.

El gas de protección hace algo más que proteger la soldadura terminada de los efectos del oxígeno y el nitrógeno de la atmósfera.

  • Afecta a la forma
  • El tamaño del cordón de soldadura
  • Su porosidad y fusión,  así como a la velocidad de soldadura y a la cantidad de salpicaduras.

Si elige bien el gas, obtendrá soldaduras fuertes, resistentes y anticorrosivas; si lo elige mal, afectará al rendimiento: obtendrá soldaduras que nunca serán lo suficientemente buenas.

El gas adecuado para el trabajo

No existe ningún gas de protección que se adapte a todas las aplicaciones. Por ello, el primer paso es decidir qué quiere mejorar en su soldadura y adaptarlo a las ventajas que puede aportar el gas de protección. Recuerde que el gas puede cambiar a medida que aumenta el grosor del material.

Por ejemplo, en el caso de componentes que deban pintarse o revestirse después de la soldadura MIG, es importante que la cantidad de salpicaduras producidas sea mínima. El uso de dióxido de carbono puede provocar la expulsión de grandes cantidades de salpicaduras del baño de soldadura, dañando la superficie del componente.

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Se suministra una amplia gama de gases de protección diseñados específicamente para optimizar el rendimiento en determinadas condiciones. En la reparación y fabricación de vehículos, las mezclas de gas a base de argón se utilizan habitualmente para la soldadura MIG de aceros al carbono y de baja aleación.

La adición de oxígeno aumenta la estabilidad del arco para minimizar las salpicaduras y las velocidades de soldadura rápidas con su bajo aporte de calor reducen la distorsión. Por lo tanto, es perfecto para nuestro ejemplo anterior en el que los componentes de un coche se pintan o se recubren de polvo después de la soldadura.

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